Tecnosexual (revista)

Es como el fashionista y geek (gallo) que inició esta ola en 2003 y que se refiere a seres con clara conciencia de la estética y una profunda atracción por los aparatos electrónicos.

El periodista Andrés Zamora, del diario El Nacional, aclara si bien el tecnosexual deviene del metrosexual, y por lo tanto se refiere más a hombres que mujeres, las féminas no escapan a esta pasión electrónica. Según el programa Enlace del servicio latinoamericano de la BBC el tecnosexual es una mezcla entre el nerd y el yuppie, aunque la página technosexual.org es más precisa: un dandy narcisista, enamorado no sólo de sí mismo, sino de su estilo de vida urbano y sus gadgets tecnológicos, al que le gusta trabajar en ambientes estéticamente diseñados y usar artefactos que reflejen su estilo personal. Para saciar las angustias tecno-existenciales de esta especie la página ofrece una guía de compras para "el gallo en busca de estilo" donde también hay franelas con la G de gallo, estilo Superman, muñequeras portarretratos en cuero negro o aspiradoras para el hogar muy chics.
A la cabeza de los technosexuales estaría Bill Gates, quien hace unos años era la imagen del perfecto idiota y hoy en día es el hombre más rico del mundo. Claro que el dinero embellece, pero ahora los émulos de Gates tienen denominación de origen, así que unidos bien podrían lanzarse a la conquista del mundo con sus lentes gruesos y cara de "yo no fui".
Por supuesto que la etiqueta no viene por generación espontánea. Con un mercado tecnológico tan definido, darle nobleza a la excitación que produce un aparato nuevo es buen negocio. Según Zamora, el alto poder adquisitivo que se requiere para ser un tecnosexual destacado hace de esta moda un asunto elitista, pero también, hay un efecto aspiracional que lleva a gente a estirar sus finanzas para tener un celular de última generación. Por lo visto hay una cópula perfecta: consumismo, glamour, tecnología y mercadeo. Si las fantasías del futuro pasaban por sexo virtual, esta nueva grey prefiere separar los actos amatorios de su afición por los artilugios: una cosa es la piel, y otra los chips.